ANTES QUE EL DIABLO SEPA QUE HAS MUERTO
La ominosa sombra del Padre. Últimamente venimos asistiendo a un fenómeno ciertamente interesante protagonizado por viejas glorias en la difícil tarea -para unos más que para otros- de filmar, y de filmar haciéndolo realmente bien.
Antes que el diablo sepa que has muerto
El maestro Lumet se marca un tenso y afilado trayecto por los recovecos del alma humana, un trazado sórdido y negrísimo, azabache, en torno a la progresiva degradación de estos aficionados delincuentes. Obra maestra con aroma a vieja escuela
Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal
Una lección magistral de cómo se hacen las películas mezclando todos los mejores ingredientes para ofrecer la quintaesencia de lo que debe ser el cine
Elegy es una película que no deja indiferente al espectador con un mínimo de sensibilidad por la literatura, el arte, y en definitiva , la belleza en todas sus formas. Es una película culta, pero no pedante. Es elegante y emocionante, llegando a hacer soltar alguna lágrima que otra a los espectadores más sensibles.
Verosímil retrato humano que, a pesar de toda su fuerza y de poseer secuencias relativamente duras, podría considerarse como una de las representaciones del Holocausto más positivas y menos autoflagelantes de los últimos tiempos.
Rebelión en las ondas: unas interpretaciones excelentes, y una divertida primera mitad que adopta un cariz algo más introspectivo en su tramo final, al que tan sólo habría que recriminarle cierta fuerza dramática. El resto, perfecto
Desde el primer fotograma podemos ver una película auténtica y sin concesiones, pero su máxima expresión llega en el tratamiento de la violencia y la acción, bien dosificada y repartida y que consigue impactar por su planificación y detalle.
Relata una preciosa historia de respeto, amistad y amor, entre dos seres faltos de cariño, seres a quienes la felicidad resulta esquiva, pese a, sobre todo la chica, intentarlo una y otra vez.