En efecto, el Madrid sigue líder pero los nubarrones son ya tan visibles en lontananza que cada día que pasa cambian su tonalidad hacia el azuloscurocasinegro. Porque el equipo blanco ganó en Santander sin fútbol, sin ocasiones, sin tener la pelota, mostrando todas sus carencias y confiándose únicamente a la potencia meteórica de CR9 (con espacios siempre resulta letal) y la efectividad milagrosa de Higuaín. ¿Serán estas armas suficientes para derrotar a un Barcelona que vence y convence? Me temo que no. Contra el Arsenal todos los aficionados al noble arte balompédico asistimos perplejos a una de las demostraciones de fútbol total más apabullantes que se recuerdan en la arena europea. Durante veinte minutos el conjunto británico no tocó el balón. Lo bailaron, literalmente, hicieron un guiñapo con él, lo estrujaron dejándolo arrugado y encogido, tembloroso y desnortado el en teoría competitivo grupo de Wenger (¿futuro técnico del Madrid?), y bien pudieron terminar la primera parte con un 0-6: a nadie le hubiera extrañado, tal era la magnitud del juego desplegado, dibujado con tiralíneas (o rotring), sin fisuras, aplastante, matemáticamente perfecto. Es complicado hacer memoria y contemplar una superioridad tan abrumadora en liga de campeones dentro de la fase de cuartos, situados todos los escaladores en ese estratosférico nivel donde la falta de oxígeno es la norma. Glup. Los madridistas tragamos saliva y más viendo la paupérrima imagen ofrecida por unos jugadores que continúan manteniendo la fe en sus posibilidades de conquista liguera, y así debe ser, pero cuyo juego real genera más dudas que certezas, bien que para este último encuentro había bajas muy significativas (Alonso, Ramos) cuya ausencia también se dejó notar de una manera tal vez excesivamente palpable. El Bernabéu ha de transformarse en una caldera a presión y volcar todo el peso de su historia a favor de un equipo que sigue sin saber exactamente a lo que juega. Ahora ya sólo resta apretar los dientes y echar el resto dentro del escenario que curiosamente puede convertirse también en la platea que corone una vez más al eterno y temible rival. El Madrid ha de querer esta Liga tanto, con tal ímpetu y necesidad, que la propia inercia de su deseo acabe por transformarse en golpes certeros y definitivos. Porque el conjunto que salga triunfador de esta cita apoteósica, el que logre los tres puntos en liza y se vista con los olímpicos ropajes que dan derecho al trono, tendrá el ansiado premio justo al alcance de su grandeza.
Estas podrían ser algunas de las claves para un hipotético triunfo madridista:
•- Acierto total de CR9 e Higuaín en sus disparos a puerta.
•- Disputa del balón en el centro del campo.
•- Defensa hiperconcentrada y Casillas sin fallos ostensibles.
•- Participación decisiva de Guti.
Por cierto, ¿dónde está Kaká?
Dejad vuestras opiniones.
Esta web se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier contenido generado en los espacios de participación en caso de que los mensajes incluyan insultos, mensajes racistas, sexistas... Tampoco se permitirán los ataques personales ni los comentarios que insistan en boicotear la labor informativa de la web, ni todos aquellos mensajes no relacionados con la noticia que se esté comentando. De no respetarse estas mínimas normas de participación este medio se verá obligado a prescindir de este foro, lamentándolo sinceramente por todos cuantos intervienen y hacen en todo momento un uso absolutamente cívico y respetuoso de la libertad de expresión.
No hay opiniones. Sé el primero en escribir.