ESPAÑA BUSCARÁ UNA PLAZA EN CUARTOS ENFRENTÁNDOSE AL EQUIPO LIDERADO POR CR

Objetivo cumplido y todos contentos: ambos contendientes clasificados y con rivales, aunque parezca mentira, asequibles, lo cual no quiere decir que vaya a ser fácil, para nada. España y Chile nos regalaron un enfrentamiento memorable, duro, esforzado, casi épico, marcado en todo momento por el músculo del equipo chileno, dueño y señor del partido durante los primeros minutos, asfixiando cualquier salida del balón hispano, achicando espacios de forma sistemática, sin tregua para unos jugadores españoles (transformados en bleus) que bastante tenían con echar balones fuera y esperar que la suerte les fuera más propicia, boqueando como peces atrapados en el esparavel arrojado sobre el centro de la cancha. Y la fortuna llegó, pero de la mano del talento, el de Villa, enorme, inspirado, con un toque alejado y preciso, aprovechando el monumental fallo del cancerbero chileno en un despeje al interior del campo, una maniobra peor que imprudente, fatídica. Chile continuaba aplicándose con dureza, sin concesiones, manteniendo intacto el vector de juego áspero y rocoso eficazmente desempeñado hasta ese momento. El inopinado criterio arbitral dictaminó la roja (la amonestación colorada) para una acción no merecedora de tal, habiendo sido antes sobradamente superada por algún que otro contradiós de mayor violencia, éste sin el ajustado castigo. Las gallinas que entran por las que van saliendo: Chile con diez enrabietada, furiosa, que no se rinde y hace gala de un pundonor que les honra, y acierta con un buen disparo y acorta distancias. Pero en el otro escenario del drama Suiza se muestra inoperante y no logra perforar el marco hondureño, lo cual tranquiliza poco a poco los ánimos, llegándose a un plácido final de partido con la clasificación conseguida para ambas selecciones y la felicidad instalada en toda la grada, al completo, con un júbilo fraterno y compartido.

España podrá seguir demostrando su teórica superioridad frente a Portugal, que tampoco será pan comido ni mucho menos, pues dentro de sus particulares características (“es un equipo con muchos problemas, anárquico y lleno de individualidades, como ya demostró en la fase de clasificación del mundial”, Chapi dixit), el combinado portugués cuenta entre sus filas con el mejor pateador del planeta, y en una de esas Casillas puede ver un obús afeitando su cabeza o quitando las telarañas del marco, lo cual podría sacarle de su creciente estado de estupefacción. Al igual que los lusos, Chile no parte como favorita, qué duda cabe, pero es bastante probable que la samba brasileña no se encuentre excesivamente cómoda cuando se vea sometida a un estrangulamiento de las líneas de pase activado por los predadores chilenos, con un entrenador (Marcelo Bielsa) obsesionado por el fútbol, que planifica sus partidos al milímetro, que no deja nada al azar y que cuenta con el apoyo incondicional de sus soldados. Del Bosque es muy similar en el último sumando, pero en cambio tiene una ventaja respecto a sus rivales: la paz interior, comúnmente conocida como pachorra, característica zen que le permite sublimar su inseguridad y nerviosismo en semblantes inescrutables y silencios cómplices, cosa que los contrincantes se esfuerzan inútilmente por descifrar en la falsa creencia de que allí, en esa expresión, se oculta el auténtico secreto del éxito, sabedor el impasible entrenador que sólo a posteriori, cuando el Trofeo pueda exhibirse tras el tortuoso camino que lleva a su consecución, podría tener sentido desvelar el misterio, cosa que jamás hará para incrementar así la leyenda. No importa tanto el logro final cuanto no arredrarse en la prosecución del mismo, atendiendo al detalle inscripto en el proceso, con la concentración puesta en el aquí y ahora.

Todo eso está muy bien, pero veamos la realidad del cuadro. Uruguay y Ghana se disputarán un puesto en semifinales, tras haber eliminado a sus respectivos rivales, mucho más difícil en el caso de la selección africana que tuvo que vérselas con un equipo de Estados Unidos a punto de llevarse la victoria durante una segunda parte que dominaron con claridad. Pero Ghana fue justa vencedora. Cosa que no puede decirse de Alemania, que gana como siempre, pero esta vez de forma bochornosa al ser beneficiada por una desastrosa e increíble decisión arbitral. No hay gol fantasma cuando es gol y todo el mundo lo ve, incluido el árbitro. Lamentable. Como también el primero de Argentina en clamoroso fuera de juego. Pasan los teóricamente mejores, que por cierto se verán las caras en cuartos, pero la forma de hacerlo enturbia su clasificación y deja traslucir sospechas: las que un evento de esta importancia jamás debería levantar.

¿Cómo veis los próximos enfrentamientos? ¿Cuáles son vuestros favoritos? ¿Qué opináis de la nefasta labor arbitral?