EL ATLÉTICO DE MADRID RECURRE A LA ÉPICA PARA ALCANZAR UNA FINAL HISTÓRICA

Memorable, heroico, épico, cualquier epíteto se nos queda corto para calificar a este grandísimo equipo llamado ATLÉTICO DE MADRID, un conjunto tan intenso como imprevisible, tan irregular como demoledor, según las circunstancias y nunca, nunca dejándose predecir en actuaciones, no así en emociones, que siempre son las de máximo voltaje. Como las de anoche en Anfield, donde hubo fases del partido donde estuvo a merced del rival, pero sin perderle la cara al partido y confiando en que su oportunidad, como así fue, llegaría tarde o temprano, muy tarde, en la prórroga, cuando se mascaba la tragedia con el dos a cero a favor del Liverpool (de conexiones), y entonces llegó el tanto que facturaba el pase a una gran final europea tras 24 años de dura (pues mucho ha durado) espera, lo que sin duda ha merecido la pena, por cuanto el nivel emocional anoche alcanzado es con toda probabilidad uno de los más elevados que se recuerdan en el lugar, en aquel y en éste, provocando el gol de Forlán una catarsis de tal magnitud que se hizo sentir en todos los rincones de la ciudad. Felicidad, alegría, una explosión de júbilo que coloca al equipo madrileño en inmejorable posición para afrontar lo más decisivo de la temporada, de su temporada, un doblete al alcance de la mano, que ya lo acaricia, teniendo en cuenta que los rivales no son superiores, al contrario, el Fulham es duodécimo en la Premier y el Sevilla está en horas bajas dentro de nuestro campeonato nacional. Así que ánimo, confianza, mucha suerte y que el Kun, Forlán, Reyes y Perea rindan al nivel que demostraron ayer, los cuatro rayaron la perfección y se vaciaron en un partido con unos requerimientos de concentración y entereza llevados al límite de lo soportable por la maquinaria aérea de Benítez, un entrenador devaluado que seguramente cederá su hipotético puesto en el banquillo blanco a favor del hipostático advenimiento de Mou (5 estrellas).

Y si mi satisfacción fue indudablemente inmensa, quedó además multiplicada exponencialmente porque éste gran equipo es el de Antonio Fernández, nuestro reciente fichaje deportivo en parentesys, al que traslado mi más sincera enhorabuena y el deseo de que pueda asistir a las dos finales de su amado Atlético.

Mientras tanto, este fin de semana sabremos algo más sobre el posible desenlace de este folletín interminable llamado Liga española de fútbol. ¿Se habrá repuesto ya el equipo asperjador de sus miserias europeas, haciendo acto de contrición por su lamentable y antideportiva conducta a la finalización de su calvario milanista, y logrará sobreponerse a su particular desastre con una victoria frente a un crecido Villarreal? ¿O se hundirá definitivamente en el fango de su desmesurada ambición, dejando vía libre para que la galaxia blanca haga de las suyas y dé un golpe definitivo sobre el tablero liguero? Jornada importante, trascendente, doliente y esclarecedora. ¿ O no?

Opinad sobre ello o callad hasta el lunes.